martes, 22 de enero de 2013


Crítica de “El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace (The Dark Knight Rises)” por RBM

Primero de todo avisar que esta crítica desvela cosas de la película, y que si no la has visto mejor no la leáis para no destripar nada, si tenéis intención de verla.

-En situación: Las dos primeras partes

Cuando vi la primera parte de esta trilogía de Batman dirigida por Cristopher Nolan salí contento del cine. Aparte de su trama de héroes y villanos, evidentemente de cómic y bien lograda, me gustó el hecho de que el personaje de Batman, Bruce Wayne, tuviera un origen. Es la coletilla de la película, lo sé (Batman Origins), pero rara vez me había encontrado con una película de súper héroes en la que el héroe tuviera esa personalidad tan marcada y esa humanidad (que me perdone Watchmen por no haberlo conocido antes). El explicar de dónde viene, lo que ha hecho y porqué lo ha hecho, y como todo ello lleva al nacimiento del hombre murciélago, acaba resultando un ejercicio de cine soberbio y muy disfrutable. Entonces Nolan creó una gran película, nos presentó a un Batman que mola y mucho, no sólo por todo lo que es capaz de hacer, también porque tiene sentimientos, gente que le rodea y que le quiere, y eso se ve en el film e importa.

Con solo la primera película ya esperas que las otras dos van a ser mínimo tan grandes como la primera. Y ciertamente la segunda lo es, aunque por desgracia para Batman, cuando le toca actuar al Joker es él quien llena la pantalla. La película es trepidante, tanto que yo acuse en algunos momentos una narración demasiado rápida a la hora de cerrar temas, con lo que a veces me venían preguntas del estilo: “¿pero entonces estos tipos ya no salen más? “. Sin embargo el ritmo del film te distrae enseguida y te hace volver a centrarte en lo que ves, y a acomodarte en la butaca cuando el Joker entra en acción dispuesto a liarla parda. Batman continua siendo humano, preocupado de los que le rodean y tratando de quedar bien con todos, lo que provoca que al final acabe siendo el antihéroe de Gotham. Pero se deja de profundizar tanto en el corazoncito del murciélago en pos de la acción y muchas subtramas, cosa que los amantes de la pirotecnia agradecerán pero que los que queremos seguir viendo la evolución del personaje echaremos un poco en falta. Luego está el hecho de cómo acaba el Joker, colgado de una cuerda boca abajo charrando con nuestro héroe y ya no se le ve más. A juzgar por cada uno, pero desde mi punto de vista una última escena más para darle un final más digno al mejor villano del cine de la década pasada me falta.

-Tercera parte: perdiendo el espíritu y hostia tremenda

Cuatro años después de El Caballero Oscuro se estrenaba La Leyenda Renace, y habiendo estrenado Nolan en este intervalo la imprescindible “Origen”. La cosa promete. Cada tráiler, cada imagen que sale de la película semanas antes de su estreno crea más expectación que la boda de Falete.

Salgo del cine. He entrado con la idea de que la película me va a gustar, me tiene que gustar. Pero salgo con sensaciones encontradas. Me ha gustado porque todavía tengo esa mentalidad de que tiene que gustarme, pero… tengo peros en mi cabeza. Pasados unos meses la veo de nuevo en casa. Ahora me fijo en cada detalle, sigo con más detenimiento la historia principal e individual de cada personaje. Y sinceramente no me lo trago. A destripar.

Hace 8 años que Batman está inactivo. El tío es como Bestia de “La Bella y la Bestia”, arrastrándose por los tejados con un bastón lejos del jolgorio público. Entonces la cosa empieza a liarse y Wayne decide volver a ponerse el traje y retornar a las andadas. Primero va al médico a hacerse una revisión. El médico le dice que no tiene ni rastro de cartílagos en codos y rodillas y que no podría ni cuidar de una tomatera, para acto seguido, en el mismo hospital, descolgarse 20 pisos grácil como un Tom Cruise en “Mission: Impossible”. O sea, te tiras 2 películas de 2 horas y pico haciendo de Batman un personaje HUMANO dentro del abanico que permite tratar con un personaje de cómic, y ahora todo eso se reduce a “mira la peli y calla”. El tío está reventado, me lo acaban de decir. Deja que haga 1000 flexiones, se eche esteroides en el desayuno una semanita y luego ya si eso que se descuelgue los 20 pisos. Mientras el villano, Bane, va haciéndose un gran hueco en la pantalla. Tiene pinta de ser muy malo, estar muy loco, y de ser indestructible. Aparte no sé si es cosa del doblaje pero cuando habla Bane se oye con 3 o 4 puntos de volumen más alto que el volumen general de la película, y tengo que estar todo el rato con el mando en la mano subiendo y bajando.

Según se va desarrollando la peli vemos que a Batman ya no le queda nadie con quien compartir sus penas y alegrías, sus sentimientos, salvo Alfred, su mayordomo. Ya en la segunda conversación que tienen Wayne manda al hogar del jubilado a Alfred. Le viene a decir algo así como: “tú déjame que ya no tengo vida que contar, sólo quiero ser Batman y zurrar a los malos”. Porque el papel de Alfred hasta entonces era el de convencerle para que dejara la vida de súper héroe. Pero Wayne no muestra atisbo alguno de dejarse convencer y en la segunda charra ya lo despacha. ¡Toda una vida juntos! A lo mejor esto es como el amor, que el origen es muy bonito todo, pero cuando pasan los años cada uno va por su lado, y hacer que renazca ese amor es lo más difícil. No sé si Nolan es lo que intenta durante el film, pero en mi opinión según va avanzando el metraje las cagadas son más gordas.

Llega un momento en que a Catwoman, medio compañera de aventuras del murciélago, la meten en la cárcel. Recorren el pasillo de la cárcel dos polis y ella delante, con macarras enjaulados a ambos lados. Los polis discuten si no será peligroso para ella. Entonces un macarra vacila a Catwoman y ésta hace algo muy extraño en una escena que dura menos de un segundo. La primera vez que la vi en el cine me quedé muy extrañado. No sé muy bien lo que había visto, pero no me había gustado. Ahora, al verla por segunda vez, puedo describir bien esa micro escena. Es Catwoman cogiendo de las muñecas al macarra, dando una voltereta tiesa como el palo de una escoba, que por corta que sea la escena, se nota el movimiento muy irreal y horriblemente forzado. Con la de cosas que podía haber hecho con el macarra, y hace eso… es que queda fatal, una película de esta factura no puede permitirse una escena, aunque solo sea de un segundo, que transmita vergüenza ajena al espectador. A mí me la transmite, es mi opinión. Y luego los dos polis hacen el típico chascarrillo de: “Sabrá apañárselas sola”. Madre mía ese chiste está más usado que los de Lepe.

Total que Batman dice: “Voy a darle una paliza a Bane que ya se está pasando”. Y allá que va, medio traicionado por Catwoman, y la paliza se la lleva él. Momento que sirve para demostrar lo que esperaba: Bane es duro de cojones. Le voy cogiendo cariño al malo. A Bruce Wayne se lo llevan a un pozo donde Bane había crecido, una especie de cárcel para malos malísimos, pero que en realidad se llevan todos de puta madre, no tienen maldad alguna e incluso ayudan a Wayne a hacer su estancia más agradable. Durante este período en el que Batman está fuera de juego Bane aprovecha para hacer suya la ciudad, impidiendo que nadie pueda abandonar la isla en la que se encuentran bajo amenaza de detonar una bomba nuclear. No hay puentes ni alcantarillas por las que entrar o salir. Bane ha trazado su plan de manera brillante, y está muy loco y es indestructible. A ver como se soluciona todo esto; pasamos al tramo final.

Es aquí en este tramo donde, a mi modo de ver, la película descarrila por completo y toma al espectador por tonto. Wayne ha logrado salir de la cárcel esa para, en su siguiente escena, aparecer en Gotham. Sí sí, esa ciudad sitiada de la que nadie puede entrar ni salir. Y el tío aparece andando con las manos en los bolsillos, sin que se le haya visto usar ningún cacharro o algún túnel secreto que le haya ayudado a entrar en una ciudad SITIADA. Junto con un montón de polis rebeldes a la causa de Bane se decide ir a lo William Wallace contra los malos, a darse de palos en las calles. Y aquí viene otro dato curioso. Los malos tienen armas, muchas más armas que los buenos, y de las que disparan. En la película muere gente, se ve morir a gente. Si los malos quieren ganar y causar bajas en los buenos, ¿por qué la primera oleada no la reciben a tiros? Luego ya entre que cambian de cargador ya puede montarse el lío a puñetazos. Pero primeramente un par de tíos de un montón armados vacían un cargador cada uno y la mayoría de balas van a dar al suelo. No sé… no me convence. Luego se lía gorda, todo el mundo dándose de hostias en las calles, así que Batman y Bane retoman su pelea a puñetazos. Batman descubre el punto débil de Bane, la máscara, y empieza a machacarle ahí, pero me niego a mí mismo que vaya a ser así el final del villano, pienso que aún le queda un as en la manga. A la que van pasando los minutos veo el final del personaje este, el que hace de segundo al mando de la poli mientras el comisario Gordon está de baja. Personaje que en mi opinión es completamente prescindible y que goza de unos minutos que mejor hubieran servido para explicar otras cosas. Creo que no conozco ni conoceré a nadie al que este personaje le pueda provocar un mínimo de empatía. Pero ojo, no te lo pierdas. Primero el pavo aparece disparando con una pistolita a un blindado con un cañón más grande que el comedor de mi casa. En la siguiente escena el pavo dispara ¡con un subfusil! ¿De dónde coño lo ha sacado? Pero igualmente es imbécil, que estás disparando a un carro blindado, ahí plantado en medio de la calle. ¿Es que no has jugado al Call of Duty? ¡Busca cobertura y recupera salud loco! En la siguiente escena vemos el blindado pasar y tras él el cuerpo muerto del poli en el suelo. Me ofende que a este payaso se le dedique más tiempo para llorar su muerte que al propio Bane, cuando lo único que piensas al ver su cadáver es: “Ya era hora, ¡gilipollas!”

Batman tiene a Bane contra las cuerdas pero aparece la mala para dar la sorpresa, pues creíamos que era buena, y le atraviesa un riñón a Batman con un cuchillo. A lo mejor en la primera peli de la trilogía a Bruce Wayne y a Batman le hubiera jodido mucho ese pinchazo, hubiera estado días para recuperarse, pero ahora con un momento de reposo enseguida está como nuevo. Tienen la charra en la que entendemos la verdad de la trama, que está bien, de la trama no me quejo. Luego la mala desaparece para llevar a cabo su plan malvado dejando a Batman herido a merced de la locura de Bane. Pero entonces aparece Catwoman a lomos de la pedazo moto de Batman, que curiosamente va a gasolina y que por eso hace ruido su motor, y a la que nadie oye llegar. Simplemente está ahí, aparcada, delante de ambos. Catwoman suelta un petardazo con la moto que impacta en Bane, al que vemos pegarse la hostia y… ya está. Adiós Bane, bye bye. Ya no te veremos más. Joder, ¿de verdad un personaje tan duro y con tanto protagonismo merece una muerte tan lamentable? Para mí imperdonable.

Lo que viene después es más bien propio de películas como “G.I.Joe”. Catwoman y Batman, que se llevan muy bien ahora, tienen que localizar dónde está la bomba. Hasta localizarla veremos a Batman volando en uno de sus cacharros y a Catwoman en la moto, y lo único que hacen es dar unas cuantas vueltas a unas manzanas hasta reventar unos pocos blindados. A Batman lo persiguen unos cuantos misiles buscadores que lo siguen en su avión, y el los va despistando entre edificios, acabando con ellos uno a uno hasta usar el último para reventar un blindado. Vaya… que interesante, no sabía que las películas nacidas para ser grandes usaran recursos más vistos que “Aquí no hay quien viva”. Y tanto rollo para qué, si la otra con la moto con un petardazo ya se carga un blindado. Son unos minutos de pirotecnia que a mí se me hacen largos y poco dignos de esta película. Y luego comentar la escena del puente, en el que Robin quiere salvar a un grupo de niños tratando de que el ejército los deje salir bajo posibilidad de que la bomba nuclear haga explosión. Se tiran un rato discutiendo Robin y el del ejército, que a quien siga la serie “Dexter” le sonará. La discusión es tonta, y como ya he dicho, no es novedosa en nada, esas escenas están vistas hasta la saciedad. “Déjame salir”. “Qué no, que exploto la bomba”. “¡Que me dejes, jooo!”. Al final el del ejército no se fía y revienta un cacho más de puente, para dejarlo más hecho polvo todavía. Claro, esta escena te la hace un Bruce Willis o alguien de la vieja escuela y te ríes, porque él le hubiera pegado un tiro en la pierna y le hubiera dicho “por capullo”. Pero aquí siguen discutiendo, intentando transmitir psicosis y miedo, pero sin conseguirlo, porque yo todavía seguía preguntándome qué había pasado con Bane.

Al final todo acaba bien. Encuentran la bomba, Batman se la lleva volando a mitad del océano y allí explosiona, sin que muera nadie. Es el deber de un súper héroe. Gotham cree que Batman ha muerto sacrificándose por los demás, y será recordado siempre como el héroe que fue en su día. En su día. La escena final de Bruce Wayne redimido, cumpliendo el deseo de Alfred, que le hubiera dado ese toque de humanidad ausente durante todo el metraje, queda reducida a un par de secuencias rápidas en el que no son capaces de mantener la mirada ni dos segundos. Así los momentos finales te dejan con la sensación de que hay prisa por acabar la peli, que ya llevamos mucho rato sentados montándola. Da a entender que Robin seguirá como guardián de Gotham, pero creo haber oído por ahí que no habrá películas sobre Robin, al menos dirigidas por Nolan. Y gracias a Dios.

Acabando, la nota que le doy es un 4 sobre 10. Los dos puntos sobre el uno porque mantiene el esfuerzo de las dos anteriores por dibujar una trama bien hilada que deja para el final la sorpresa, en principio inesperada. Un punto por Bane, que mientras es el jefe lo es, y con autoridad. Vergonzoso su final.  Y el otro punto es obligado porque si no le estaría poniendo un cero. Cristopher Nolan, siempre te admiraré mucho por las dos primeras de Batman, por Origen, y mucho mucho por Memento. Pero aquí siento que este trabajo está muy mal pulido para la película que debe ser. Muchísimas incoherencias, algunas escenas ridículas, y acción facilona de los 80 con efectos de ahora. Triste final para un gran héroe y un gran personaje.

¡Saludos amiguetes!

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